La Escuela Dellamira Rebeca Aguilar, ubicada en Barranco Amarillo, enfrenta una lamentable situaciรณn de hacinamiento que preocupa a la comunidad educativa. La infraestructura escolar ha quedado pequeรฑa para albergar a todos los estudiantes y funcionarios, lo que estรก afectando significativamente el proceso de enseรฑanza-aprendizaje.
La directora de la escuela, Julia Vargas, expresรณ su inquietud ante la difรญcil situaciรณn, "Es sumamente complejo el nivel de hacinamiento en el que nos encontramos, tanto funcionarios como estudiantes. No disponemos de suficientes espacios para que el personal realice sus labores administrativas y se alimente. Incluso hemos tenido que establecer turnos para hacerlo".
La matrรญcula actual de la escuela asciende a 84 estudiantes, distribuidos en modalidades de cursos combinados. Pre-kinder y Kinder comparten una sala, al igual que primero y segundo, tercero y cuarto, y quinto y sexto. Esta distribuciรณn ha llevado a la comunidad escolar a lidiar con ruidos y dificultades que interfieren con el proceso educativo.
Paola Cรกrcamo, educadora de pรกrvulos en la escuela, seรฑalรณ: "Los ruidos entre las salas son constantes, y las limitaciones de espacio nos impiden potenciar plenamente el aprendizaje de nuestros niรฑos. Hay muchas actividades que no podemos realizar debido a la falta de recursos y espacios adecuados".
A lo largo del tiempo, la Escuela Dellamira Rebeca Aguilar ha enfrentado diversos problemas que, en su mayorรญa, han sido solucionados con el apoyo de la iniciativa privada. Sin embargo, la actual situaciรณn de hacinamiento requiere de una intervenciรณn prioritaria por parte de las autoridades correspondientes.
La comunidad escolar de Barranco Amarillo espera con ansias que se encuentre una soluciรณn a este problema antes de que finalice el aรฑo, dado que se aproxima el traspaso al servicio local de educaciรณn. La atenciรณn a este problema es esencial para garantizar un entorno adecuado para el aprendizaje de los estudiantes y el trabajo del personal docente.