La reciente renovación del aeródromo de Puerto Natales representa un hito clave en la mejora de la conectividad de la Región de Magallanes, en especial para enfrentar el creciente auge turístico que ha experimentado el territorio en los últimos años. Sin embargo, expertos advierten que el desarrollo de la infraestructura debe acelerarse para estar a la altura del potencial turístico y productivo de la zona.
El crecimiento sostenido del turismo en la región es evidente. Solo en el Parque Nacional Torres del Paine, uno de los principales atractivos de Magallanes, las visitas pasaron de 270.920 en 2023 a 367.426 en 2024, un aumento del 35%, es decir, 96.506 personas más en solo un año.
Este incremento de visitantes exige mejores condiciones de acceso, siendo la vía aérea la alternativa más eficiente, especialmente en invierno, cuando los caminos por tierra enfrentan condiciones climáticas adversas y la conectividad marítima sigue siendo limitada.
Frente a este escenario, la reciente llegada de vuelos diarios directos a Puerto Natales, que hasta hace poco era solo una aspiración, abre una oportunidad estratégica para consolidar a la región como un destino turístico de nivel internacional. Sin embargo, se advierte que el actual aeródromo ha quedado pequeño, y sus instalaciones —como la sala de embarque y el estacionamiento— son insuficientes para el actual flujo de pasajeros y carga.
Se proyecta que, con la modernización de la infraestructura, los viajeros prolonguen su estadía en la región, explorando no solo Torres del Paine, sino también otras maravillas naturales del territorio. Asimismo, se espera que el fortalecimiento del aeropuerto sea el primer paso para posicionar a Magallanes como un destino de vuelos internacionales, tanto en Punta Arenas como en Puerto Natales, en sintonía con otras regiones binacionales que ya han dado este salto.
Pero el impacto no será exclusivo del turismo. Desde distintos sectores se ha subrayado que mejorar la infraestructura aeroportuaria también beneficiará al comercio, la salud, la educación y, en general, a todos los habitantes de la región. La conectividad aérea eficiente mejora la calidad de vida y contribuye al desarrollo de los sectores productivos.