En uno de los rincones más emblemáticos de la vida silvestre en Magallanes, bahía Jackson, al sur del Parque Karukinka y colindante con el Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU) Seno Almirantazgo, se desarrolló una significativa jornada de limpieza. A pesar de que en este lugar no hay presencia humana permanente, los residuos plásticos arrastrados por las corrientes y el viento han invadido el hábitat de una colonia de elefantes marinos, que cada año muda piel y se reproduce en este sitio.
Con el objetivo de reactivar el modelo de gobernanza del AMCP-MU Seno Almirantazgo, un equipo multidisciplinario realizó una exhaustiva recolección de residuos, retirando más de 7 metros cúbicos de basura que cubrían playas, tierra y vegetación.
La actividad contó con la participación de vecinos de Timaukel; funcionarios de CONAF, la Seremi del Medio Ambiente y la Municipalidad de Timaukel; representantes de organizaciones como Patagonia Circular, Fundación Hach Saye, Whale Sound y la empresa de turismo Viejo Lobo de Mar, además del equipo de WCS Chile, incluyendo guardaparques del Parque Karukinka. También colaboraron el Programa Comunidades Portal de la UACh y la empresa regional Rofil.
“Esta iniciativa es muy importante porque convoca a la comunidad que tiene un interés por la conservación ecológica y cultural en este territorio. Es también una oportunidad para reforzar las alianzas que nos permitan avanzar en la visión de conservación del territorio completo”, señaló Melissa Carmody, directora del Parque Karukinka.
Por su parte, Francisco Brañas, profesional de Áreas Protegidas de la Seremi del Medio Ambiente, valoró el compromiso comunitario: “Hemos tenido una importante participación de los vecinos y una coordinación exitosa para poder llegar a este lugar, de difícil acceso. Esta limpieza da inicio a la reactivación del modelo de gobernanza del AMCP-MU Seno Almirantazgo”.
Durante gran parte del siglo XX, los elefantes marinos del sur estuvieron al borde de la extinción producto de la caza indiscriminada. No fue hasta el año 2006 que se identificó por primera vez la existencia de una colonia en esta zona, dando paso a un monitoreo constante por parte de WCS Chile.
Hoy, casi dos décadas después, el esfuerzo ha dado frutos: más de 200 individuos adultos y 33 crías nacidas a fines de 2024 dan cuenta del éxito en la conservación de esta especie en peligro.