La Oficina Provincial de la Seremi de Salud en Última Esperanza, en coordinación con el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) y el Servicio de Impuestos Internos (SII), llevó a cabo una intensificación de fiscalizaciones en locales de venta de mariscos en la comuna de Puerto Natales, ante el aumento de la demanda por Semana Santa y el riesgo asociado a la Marea Roja.
La medida forma parte del Programa Marea Roja, que contempla inspecciones regulares en puntos de comercialización, pero que se refuerza durante fechas de alta demanda como Semana Santa, Fiestas Patrias y fin de año.
En esta oportunidad, se fiscalizaron 17 puntos de venta establecidos, verificando que los productos del mar contaran con análisis de Marea Roja, además de cumplir con los requisitos sanitarios exigidos: almacenamiento adecuado, conservación y características organolépticas normales, como buen olor, color y frescura.
Karol Barría, encargada de salud pública de la Oficina Provincial, recalcó la importancia de comprar solo en locales autorizados y exigir el certificado de análisis: “Es fundamental que la comunidad compre mariscos en lugares que tengan autorización sanitaria para el expendio de productos del mar. Los productos deben contar con análisis de laboratorio que garantice que no presentan toxinas. En Magallanes contamos con laboratorios en Punta Arenas, Porvenir y Natales. El de nuestra ciudad está ubicado en Ignacio Carrera Pinto N°563, y los análisis son gratuitos para pescadores artesanales, puntos de venta y también para quienes reciban mariscos como regalo”.
La Marea Roja es un fenómeno natural permanente en Magallanes desde los años noventa. Se produce por la floración de algas microscópicas que generan toxinas marinas como el Veneno Paralizante de los Mariscos (VPM), Veneno Diarreico (VDM) y Veneno Amnésico (VAM). Estas toxinas son invisibles a simple vista y no alteran el sabor, color ni olor de los mariscos, por lo que la única forma segura de consumo es mediante un análisis de laboratorio.
Desde 1972, se han registrado 341 casos de intoxicación por toxinas marinas en la región, con 23 fallecimientos, siendo el último en 2002.
Durante la actividad, las autoridades reiteraron el llamado a la comunidad a mantener una actitud de autocuidado, optando siempre por productos provenientes de áreas abiertas y con análisis certificado. Esta fiscalización busca prevenir riesgos a la salud y asegurar que las celebraciones de Semana Santa se desarrollen sin incidentes.